"No tengo insumos, no tengo mercadería y el tema de la importación no está permitiendo que entre nada de lo que yo vendo", lamentó el propietario de una gomería ubicada en Colón y Jara.
El dueño de una gomería ubicada en la avenida Colón y Jara decidió bajar las persianas de su local “hasta nuevo aviso” con el objetivo de protestar contra las políticas que lleva adelante el gobierno nacional, las cuales asegura que afectan directamente a su actividad.
“Decidí poner este cartel porque me harté”, manifestó Ricardo Guerreiro en diálogo con LA CAPITAL y agregó: “Básicamente no tengo insumos, no tengo mercadería y el tema de la importación no está permitiendo que entre nada de lo que yo vendo, que es algo muy simple como cámaras y neumáticos de motos”.
“Por el momento decidí cerrar -continuó-, tengo tres empleados a los que tengo que darles trabajo y estamos viendo cómo podemos hacer para que alguien se manifieste y demostrar que no podemos seguir así”.
En este sentido, Guerreiro señaló que sufre “hace más de un año y medio” el desabastecimiento de los productos que comercializa. “A mis propios clientes, después de 60 años de comercio, tengo que decirle que yo no los puedo proveer porque mis distribuidores tienen las cosas bajo candado, no las largan y te dicen que es porque no pueden girar dólares al exterior”, sostuvo.
Ricardo Guerreiro, dueño de una gomería ubicada en Colón y Jara.
A su vez, el responsable de la gomería aseguró que tras la fuerte suba del dólar de este lunes, comenzó a recibir mails de parte de proveedores que le indicaban que no realice pedidos porque “no iba a salir la mercadería”.
“Me dijeron que se iba a ver después del día 6 ó 7 porque no hay precios”, señaló y añadió con desesperación que no puede sostener su comercio solamente con la reparación de neumáticos.
Por último, Guerreiro lamentó que los distribuidores “aprovechan la movida y aumentan”. “Recién acabo de hablar con un distribuidor que me tenía que traer cámaras, que es el único que está distribuyendo, y me dijo que estima aumentos de entre un 30 y un 40%”, finalizó con impotencia, mientras de fondo su local permanecía con las persianas bajas en reclamo de las políticas de “estos ineptos que tenemos en los gobiernos desde hace décadas”.